Te buscaba.
Durante años te busqué desesperado, como aquellos viejos chiflados del far west: apostado en la orilla de un río y agitando una batea a la espera de encontrar tu brillo áureo entre el agua y el fango. Así te buscaba.
Cada vez que pensé que te había encontrado, me equivocaba. Y esos labios que creía tuyos se tornaban extraños y mis ojos se deshacían líquidos al reflejarse en otros que no te pertenecían. Y sin embargo no dejaba de buscarte. Con el ansia del que busca la verdad, con la lógica tergiversada del loco, con la esperanza infinita de un niño. Tan enajenado estaba, tan obcecado en hallarte, que no me di cuenta de que ya te había encontrado...

Mis ojos se adaptaron a la claridad de los tuyos y al fin pude verte. Y descubrí lo idiota que fui antes por buscar oro en el asfalto; y lo afortunado que soy ahora, pues todo lo que soñé, lo que mil veces pensaba haber encontrado y mil veces había perdido, no es nada comparado con lo que me regalas cada día.
Ahora entiendo la fe. Puedo comprender qué es creer en algo o en alguien ciegamente, porque yo creo así en ti. Creo en ti con pasión, sin división y sin duda. Sin lugar a error porque no es posible, porque sin ti el todo está incompleto, porque contigo empiezan y acaban las cosas. Creo en ti sin condiciones, renunciando libremente a ser objetivo porque la única verdad es la de tu boca y lo demás me sobra. Creo en ti hasta el fin, porque eres el rojo de mi sangre, el brillo de mis ojos y porque mis manos sólo son manos al tocarte; si no lo hacen no son más que piel y huesos.

Hace un año desde que, a la luz de una noche sin luna, me di cuenta de que ya estabas a mi lado. Y una vez que te he encontrado no quiero separarme. Por eso, este año de idas y venidas, de teléfono y aeropuertos, de calendarios y equipajes, se ha vuelto cuesta arriba al final. Como dijo tu admirado Napoleón: "Hay ladrones a los que no se castiga, pero que roban lo más preciado: el tiempo". Pero, como uno más de sus soldados, lucho en la batalla sabedor que la victoria está cerca y nadie nos robará más nuestro tiempo.

T'estim