miércoles, abril 28, 2004
Pase lo que pase...
Ya no recordaba lo que duele un silencio.
Ya no recordaba lo que escuecen las palabras ni lo que se pueden añorar las caricias. Estuve a punto de olvidar lo que duele un gracias, cuando esperas un yo también a ti. Tampoco recordaba lo feliz que te puede hacer leer un nombre o escuchar una risa, ni lo breve que es la felicidad.
Dicen que recordar es volver a vivir... ¿Y si ya no quiero recordar más?
No sé cómo, pero he llegado hasta aquí. Es curioso que mis pies sepan dónde llevarme sin que tenga que pensar en ello. Ahora, sentado en la hierba, oliendo a tierra mojada y sintiendo el viento en la cara, tengo unos segundos de calma. En breve el sol se pondrá, pero pase lo que pase saldrá mañana. Pase lo que pase...
Una hormiga aventurera trepa por mi pierna. Mientras la dejo de nuevo sobre la hierba, no puedo evitar desear ser una de ellas. Siempre ocupadas, nunca preocupadas, libres de si mismas...
El sol acaba de ocultarse tras las montañas. La gente se empeña en encender luces para ahuyentar la noche. Mis horas de soledad terminan, las sombras vienen a mi encuentro. La oscuridad se sienta a mi lado y de nuevo volverá a abrazarme.
Ya no recordaba lo que escuecen las palabras ni lo que se pueden añorar las caricias. Estuve a punto de olvidar lo que duele un gracias, cuando esperas un yo también a ti. Tampoco recordaba lo feliz que te puede hacer leer un nombre o escuchar una risa, ni lo breve que es la felicidad.
Dicen que recordar es volver a vivir... ¿Y si ya no quiero recordar más?
No sé cómo, pero he llegado hasta aquí. Es curioso que mis pies sepan dónde llevarme sin que tenga que pensar en ello. Ahora, sentado en la hierba, oliendo a tierra mojada y sintiendo el viento en la cara, tengo unos segundos de calma. En breve el sol se pondrá, pero pase lo que pase saldrá mañana. Pase lo que pase...
Una hormiga aventurera trepa por mi pierna. Mientras la dejo de nuevo sobre la hierba, no puedo evitar desear ser una de ellas. Siempre ocupadas, nunca preocupadas, libres de si mismas...
El sol acaba de ocultarse tras las montañas. La gente se empeña en encender luces para ahuyentar la noche. Mis horas de soledad terminan, las sombras vienen a mi encuentro. La oscuridad se sienta a mi lado y de nuevo volverá a abrazarme.
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