Sonó la alarma. Rápidamente los pilotos saltaron de sus camas. Dormían con el mono de vuelo puesto así que sólo tenían que calzarse las botas, ponerse el traje anti-g y coger el casco. Una vez vestidos se dirigieron al hangar donde les esperaban los dos F-18 ansiosos por volar. Apenas siete minutos después de que la alarma los despertara, el Capitán Torres, nombre clave Aguijón y el Capitán Álvarez, nombre clave Cascabel, estaban despegando.

- Aquí Control de tierra. ¿Me reciben? Cambio.
- Poker uno, afirmativo. Cambio.
- Poker dos, afirmativo. Cambio.
- Tráfico no identificado. Entró en nuestro espacio aéreo hace catorce minutos. Al no responder a los controladores civiles nos han llamado. Procedan a su intercepción. Rumbo dos siete cinco, repito, dos siete cinco. Buena suerte. Cambio.
- Poker uno virando hasta dos siete cinco. Cambio.
- Poker dos. Rumbo dos siete cinco. Cambio.

Los dos aviones hicieron un giro cerrado a la derecha y continuaron trepando por el cielo nocturno. La Luna se vestía de nubes mientras los miraba con indiferencia.

- Bueno Torres, yo apuesto a que es un rico jubilado alemán borracho al que le han entrado ganas de bañarse en Mallorca, así que ha cogido su avioneta y se le ha olvidado contactar con Control Aéreo -bromeó Álvarez para disminuir la tensión de la misión. En realidad se podían encontrar cualquier cosa, desde un avión civil secuestrado, un globo aerostático... o una aeronave con intenciones hostiles.
- En ese caso Álvarez, será mejor que nos invite a una cerveza o en caso contrario, le meto una rafaga por el culo.
- Recuérdame que no nos duchemos juntos, que esa manía de meter cosas por el culo no me gusta.
- Muy gracioso Álvarez. Pero si quieres una cita conmigo te lo vas a tener que currar más.
- Sí, seguro que... -Torres se paró en seco y con un tono mucho más serio dijo-: Control tierra, aquí Poker dos. Tengo una señal en mi radar. Rumbo actual dos cuatro siete. Alcance nueve mil metros. Cambio.
- Afirmativo Poker dos, es el tráfico sin identificar.Cambio.
- Recibido. Paso a ponerme en contacto con él por la frecuencia de emergencia.

Carraspeó un par de veces e intentó tragar saliva, pero era inutil, tenía la boca más seca que un martini en el desierto. Respiró hondo y con tono autoritario se dirigío hacia el puntito verde de su radar.

- Le habla el Capitán Torres del las Fuerzas Aéreas de España. Ha entrado sin autorización en nuestro espacio aéreo. Identifíquese por favor. Cambio.

La respuesta fue el silencio. Los pilotos comenzaron a ponerse más nerviosos y el sudor invadía sus frentes.