Es curioso como pasan las cosas; como la vida ocurre a cada instante sin que nos demos cuenta. Somos prisioneros de las Parcas, de los hados, del destino o, según el Merovingeo, de la causalidad.

Hace cuatro años que habito este pequeño rinconcito de unos y ceros. Mi cuartito de gritos, de sueños, de risas y de llantos. Fue gracias a un amigo, él me animó a hacerlo. Aunque creo que a veces se arrepiente porque hace mucho que no escribo esas historias que le gustaba leer.
En estos cuatro años han pasado muchas cosas que jamás imaginé que pudieran ocurrir. Cosas que se convirtieron en causas que provocaron efectos y vuelta a empezar. He pasado de no tener nada que perder a sentir pánico a perder lo que tengo ahora.

Ya no hay bullicio por aquí. Solo unos pocos irreductibles galos me visitan. Y sin embargo nada ha cambiado. La misma cabecera, regalo de ineiah, sobre la misma foto, regalo de maese, y las blancas letras intentando iluminar un poco el oscuro fondo en negro y gris. Y sigo viniendo a gritar, a desahogarme y a decir cosas que que no me atrevo a decir o que suenan mejor cuando se escuchan con los ojos en lugar de los oídos.
Y como esos miedos ancestrales que arrastramos desde que apenas caminábamos erguidos y que vuelven a atormentarnos de vez en cuando, vuelvo a notar un nudo en el estómago, vuelvo a sentir el vértigo, a pesar de estar seguro de que, lo que voy a hacer, es el efecto de haber tomado la mejor decisión que voy a tomar en mi vida.

Esperemos que, como en la montaña rusa, el vertigo se pase cuando todo empiece a ir cuesta abajo. Y no se puede ir mejor acompañado en esta montaña rusa de lo que voy yo.

En estos momentos de desaceleración crisis económica, en los que la tasa de paro está a la misma altura que los intereses de los préstamos hipotecarios, en los que las pobres entidades bancarias piden auxilio después de años y años aprovechándose de la expansión de la "burbuja inmobiliaria". En estos momentos en los que llegar a fin de mes una familia normal (no hablo de empresarios, ni políticos por supuesto) se ha convertido en arte, hemos de agradecer al Gobierno de España (como ellos dicen) por atender siempre al ciudadano, por estar siempre atentos a lo que de verdad importa.

Es por eso, por lo que se han gastado han invertido el dinero público en una campaña contra la piratería. Porque sí, queridos amigos y amigas, es justamente eso, esa lacra, esa escoria de gente que vende discos en la calle el verdadero cáncer de estos tiempos. Y, ay de vosotros los internautas, que haciendo uso de esos programas de intercambio p2p mináis los cimientos de la sociedad del bienestar.

Así que gracias al Gobierno en pleno por ese ejemplo de iniciativa y capacidad de priorización, pues han sido capaces de distinguir el problema realmente importante que acucia nuestra sociedad de entre el resto de cuestiones menores (ya sabéis, el terrorismo, la corrupción, el precio de la vivienda, el paro, el malfuncionamiento de las competencias transferidas a las comunidades autónomas, la inmigración, el cambio climático, etc...)

En mi nombre, y el de los miles de millones de personas que se beneficierán de los más que seguros resultados positivos de esta campaña, gracias.

sarcasmo.

(Del lat. sarcasmus, y este del gr. σαρκασμός).

1. m. Burla sangrienta, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo.

2. m. Ret. Figura que consiste en emplear esta especie de ironía o burla.

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